martes, 26 de junio de 2012

Cómo inventar excusas absurdas para no dejar entrar con una plegable

Ayer acudí a realizar una gestión a la sede que me corresponde de la Tesorería General de la Seguridad Social, en Avda. Pablo Picasso 61, Zaragoza, y que acaba de ser inaugurada. Entré con la Brompton plegada pero sin la funda. Me señalaron que está prohibida la entrada de bicicletas plegables, aunque se lleven en la mano. Afortunadamente me dejaron colocarla en una sala de taquillas. Indagando un poco me entero de que durante la reciente vista inaugural de la Ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, una de las autoridades acompañantes observó alguna plegable en el recinto, y se decidió prohibir el acceso portando este tipo de vehículo. Según parece, el motivo es proteger la integridad del flamante suelo técnico instalado en el lugar.

La autoridad que tomó la decisión está sin duda preparada y dotada de una notable intelingencia, ya que ha sido designada o elegida para tomar decisiones de gran calado, como la que nos ocupa. Efectivamente, una persona de peso p portando una plegable de peso b, pesa más que otra del mismo peso p que no porte la plegable, lo que puede llevar a un mayor deterioro del suelo. Entiendo que en breve colocarán una báscula de paso a la entrada, de modo que las personas con peso bruto mayor o igual a p + b (incluídos los objetos que porten), serán invitadas a realizar sus gestiones a través de un representante de peso menor a p+b, o de depositar a la entrada los objetos, prendas etc necesarios hasta conseguir un peso p.

Es de agradecer la visión y preocupación de algunas autoridades públicas para que las infraestructuras que pagamos todos se conserven y prolonguen su vida útil, conteniendo así nuestro gasto público y nuestra capacidad para pagar los intereses de deuda, repercutiendo todo ello en un mundo mejor y más feliz.