Toña, rueda delantera ladeada y reparación

Hace unos días la Brompton pegó un bote en una grieta bastante profunda en el asfalto de la c/Rioja (ZgZ). La circulación era intensa, y me había ladeado un poco en el carril "para no molestar", porque el tramo es en rampa, y me pilló justo saliendo en parado de un semáforo que hace esquina (girando desde Avda. de Navarra). Era de noche y la iluminación en esa zona es muy deficiente. El asfalto está en muy malas condiciones en todo el tramo, en ambos sentidos de la circulación. De haber permanecido en el centro del carril hubiera tenido más libertad de maniobra, así que me apunto la experiencia: nadie molesta, la bici tiene que ir por medio del carril, y no se le puede adelantar por el mismo carril. No sólo "por derecho", sino por seguridad.

No me caí, pero la rueda delantera se empotró justo en el hueco de la rueda girada de una furgoneta aparcada a mi derecha. Pasé a la acera, y comprobé que sólo se había doblado un poco el soporte del foco delantero removible, y que la rueda delantera no giraba porque rozaba con el freno. Pensé que la pinza del freno se había desplazado, así que la ajusté manualmente allí mismo y continué rodando sin problemas. Al día siguiente me di cuenta de que la rueda delantera, vista desde arriba al ir sobre la bici, parecía ladeada. Comprobándolo más de cerca estaba claro que toda la rueda estaba ladeada de modo que quedaba a apenas 1 mm de la horquilla izquierda (mirando la Brompton de frente). Primero pensé que era problema de aparaguado, pero comentándolo por teléfono con uno de los conocidos de Recicleta, me dijo que comprobara que la ruda no estaba desplazada en el eje.

Efectivamente, toda la reparación ha consistido en soltar las tuercas del eje, aflojar la pinza del freno, asentar bien la llanta en la horquilla, y volver a apretar todo. En las fotos siguientes se aprecia relativamente bien la diferencia en la posición de la rueda antes y después del ajuste.

Me resulta chocante que cedieran antes las tuercas del eje que los radios. Juraría que en una rueda más grande hubieran cedido antes los radios. Felizmente, ni ha habido que aparaguar, ni que comprar una nueva llanta!